Las listas de electores, que se exponen en lugares céntricos de las 674 circunscripciones
de la oriental provincia de Las Tunas, suscitan lógicas preocupaciones de los
ciudadanos para comprobar si sus datos elementales están correctamente.
Como los
documentos fueron confeccionan en computadoras pueden presentar algunas incorrecciones,
que a tiempo se pueden enmendar en el Registro de Electores y llegar sin
dificultades al día de las votaciones que nacionalmente será el 26 de noviembre
y en las demarcaciones que no haya decisión popular, hay que ir a la segunda
vuelta, el 3 de diciembre.
Aunque se
difunde en cada localidad la necesaria gestión personal, más allá de eso se
amplían las vías de la real democracia cubana, porque cualquiera puede
comprobar la ausencia de falsificaciones para alterar las relaciones de nombres
y sus datos esenciales para tener derecho al voto.
Este paso
amplia el ambiente de elecciones, que aumentará a partir del primero de
noviembre con las ubicaciones de los datos biográficos y las fotos de los
nominados en cada barrio.
Por cierto,
estamos en la recta final de la nominación de candidatos a delegados de las ocho
asambleas municipales del Poder Popular en la provincia, que en el país se extendió
hasta el 30 de octubre por las afectaciones del huracán Irma, en la primera
decena de septiembre.
Hablamos de
escalones, que confirman los esfuerzos del Gobierno para contribuir a la
transparencia de las elecciones, que tradicionalmente muestran al mundo la
participación voluntaria del pueblo, sin campañas electoreras por determinados
candidatos, sino con la premisa de elegir al más capaz y comprometido con los
respectivos electores y la defensa de la Revolución.
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