El
alza del neoliberalismo en los procesos populares de Argentina y Venezuela
siguen levantando preocupación en un amplio segmento de la población cubana, al
igual que en muchas partes del mundo.
Quienes
seguimos con detenimiento el curso de los acontecimientos en ambas naciones
hermanas, mirando desde la óptica del complejo tránsito de la Revolución cubana
hace 57 años por las presiones enemigas, comprendemos las complicaciones a que están
sometidas, independientemente de las características de cada una. Todo ello
trasciende a la unidad y al progreso conjunto en los países latinoamericanos y
caribeños
No
es fácil comprender que después de las mejorías populares, emprendidas por los
gobiernos de Néstor Kisner y Cristina Fernández, en Argentina, y Hugo Chávez y Nicolás
Maduro, en Venezuela, las mismas masas populares beneficiadas hayan votado en
contra de sus propias mejoras.
Como
se ha dicho por los medios de comunicación, muchos de los que votaron en contra
de los gobiernos progresistas se arrepiente de los errores cometidos, porque
comienzan a conocer las verdaderas intenciones de los triunfadores, quienes
empiezan a decir que poco a poco irán cambiando los métodos o vías para “transformar”
los procesos, que es igual a decir que irán retirando los beneficios
implementados en bien de los más empobrecidos.
Los
que lamentamos lo sucedido, nos asiste la esperanza de que las masas populares
comprendan a profundidad las realidades y se rebelen contra los opositores a
fin de no dejarse arrebatar las conquistas, presentes en todas las esferas de
la sociedad.
Todo
eso, a los cubanos nos sirve para seguir ratificando nuestros errores e ineficiencias
con la intención de acelerar el paso en la construcción del socialismo próspero
y sostenible a que aspiramos, en medio de las limitaciones económicas y la
lucha por la conquista del futuro luminoso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario