Con la
presencia por estos días de Rainer, el hijo mayor que trabaja en La Habana,
nuestro hogar sintió una buena ambientación familiar.
Contribuyeron
al convite, el fin de semana y parte de la semana de receso docente , que permitieron
la permanencia en la morada del estudiante de quinto año de Medicina, Reinier,
el menor; y a la esposa y profesora universitaria Sonia Peña Valdés.
Entre risas,
juegos, chistes y anécdotas han transcurrido varias jornadas de emoción y
recuento familiar.
Los
muchachos conversaron bastante sobre diversas cuestiones de sus preferencias. Durmieron
poco porque la magia de las computadoras, la música, el fútbol internacional y
la final de la Serie Nacional de Béisbol entre Ciego de Ávila y Pinar del Río,
les consumieron bastante tiempo, que a veces desembocaron en discusiones con amigos de los mismos bandos o equipos
contrarios.
Ambos
disfrutaron o sufrieron con el desempeño del Barcelona, su equipo de fútbol
predilecto, pues los mantiene en pleno seguimiento y cualquier gol en contra o
partido fracasado los llena de ira.
A la par de
ese emotivo ambiente, se llovieron las planificaciones para el cercano período
de vacaciones, en el cual tradicionalmente nos movemos de casa hacia diferentes
lugares, incluyendo la visita a centros turísticos de provincias hermanas.
Las miradas
hacia los bolsillos estuvieron entre los detalles de la planificación para la
venidera temporada veraniega.
Estuvo
presente la ojeada objetiva a los planes perspectivos, con sus cargas de propósitos
recreativos por encima de todas las cosas.
Sin nada
concreto, se habló de comenzar en firme la creación de los fondos que ayuden al
objetivo recreativo del período estival.
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