Sin margen a dudas

Que chasco se llevaron quienes dentro y fuera de la nación esperaban que el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba enrumbaría por posiciones dudosas o posibilitaría el debilitamiento de la unidad de acción del país.

Todo quedó más claro que nunca en los distintos momentos del Cónclave, empezando por el magistral y contundente informe de apertura presentado por Raúl y los sucesivos análisis en las diferentes sesiones. Concretamente quedó  evidente la concatenación del proceso  con énfasis en la actualización del modelo económico y social de la nación.

Una prueba de la consecuente y realista actuación se reflejó en las valoraciones críticas y autocríticas sobre lo que hacemos, lo cual contribuyó a hondar en errores y negligencias detectadas a fin corregir el tiro y reforzar las tareas encaminadas al avance en la construcción del socialismo próspero y sostenible.

La claridad de los razonamientos puntualizaron en lo vital de hacer más fuerte el papel del partido único de la nación, como guía y garante de la sociedad, conjuntamente con el destino socialista, decidido libre y soberanamente por la mayoría del pueblo.

Y la presencia de Fidel en la sesión clausura, coincidiendo con el aniversario 55 de la Victoria Cubana frente a la invasión yanqui por  las arenas de Playa Girón, elevaron a planos superiores la continuidad histórica de la Revolución y reafirmaron a Comandante en Jefe como el máximo líder en la Mayor de Las Antillas..

Con ese legado de lucha y patriotismo, la ratificación de Raúl como Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, hacen que la Patria tome nuevos aires y se proyecte con más fuerza hacia el destino trazado democráticamente por sus hijos dignos y consagrados, que se han propuesto redoblar los esfuerzos para lograr un futuro mejor.

Después del magistral cierre del Congreso vendrán largas jornadas de debate y reflexión sobre los materiales del Cónclave, en las diferentes  estructuras del país, para concretar en detalles las líneas de acción de forma individual y colectiva que nos hagan más fuertes e invencibles en la marcha ascendente hacia la consolidación de la nación, frente al convulso mundo y el complejo proceso de restablecimiento de las relaciones normales entre Estados Unidos y Cuba.