Los
preceptos cubanos de la solidaridad de que no se da lo que sobra, sino que se
comparte lo que hay, hoy se reafirma en Las Tunas con el envío de bienes y
fuerzas laborales a los municipios guantanameros dañados por el huracán Matthew.
Un
nuevo capítulo de la sensibilidad humana para ayudar a vecinos necesitados se
acrecienta en el territorio con acciones concretas que se extienden por
diferentes sectores y la población.
Cuatro
brigadas de linieros se la Empresa Eléctrica formaron la vanguardia tunera, al
estar en Baracoa, cuando arremetieron las furias de los vientos y el oleaje
ocasionados por el fenómeno meteorológico. Por lo que estuvieron entre los iniciadores
de las restauraciones.
Luego
se sumarían otros compañeros del sector, un contingente de las Fuerzas Armadas
Revolucionarias e integrantes de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S:A,
que en conjunto marcharon con equipos, medios y otros recursos imprescindibles
para contribuir a resarcir los daños.
Las
viviendas arrasadas tendrán una inyección en la recuperación con el envío desde
la fábrica de estructuras metálicas de
alrededor de 940 módulos de tejas galvanizadas, otros 972 de purling y 15 mil
de tornillería para fijar los techos, así como dos mil 508 caballetes.
Ni
corto ni perezoso, los integrantes del sector de la Educación se sumaron con
libretas, libros, lápices, uniformes y otros útiles, que ayudarán a reponer la
deteriorada base material de estudio y demás necesidades de alumnos y
profesores.
El
Sistema de la Agricultura concreta sus aportes alimentarios, desde ahora hasta
el primer semestre del 2017. En la estrategia figura el incremento en los planes
de siembra de viandas, hortalizas, granos y frutales a fin de no disminuir los
volúmenes previstos para el consumo interno y cumplir con los damnificados de
la tierra del Guaso.
Otras
iniciativas toman cuerpo como la correspondiente a organizaciones de masas
relacionada con la recolección de ropa y otros artículos imprescindibles para
los guantanameros que lo perdieron todo o buena parte de sus bienes.
En
todos los sectores se buscan fórmulas para no quedar atrás en la contribución,
pues aquí están frescos los apoyos
nacionales e internacionales a los destrozos dejados por los huracanes Ike y
Paloma, en el 2008, entre ellos más de 80 mil viviendas con destrucciones totales
o parciales.
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