El 13
de septiembre del 2015 pasará a la lista de fechas gloriosas en Las Tunas. En
Sesión Solemne de la Asamblea Provincial del Poder Popular ocurrieron dos acontecimientos cargados de motivaciones
especiales para el pueblo y las autoridades locales.
En
los avivados rostros de la muchedumbre se advertía la coherencia en la
conjugación del recibimiento en la provincia de la Bandera Cubana, que se
expuso en el segundo piso de la reabierta Embajada de la Mayor de Las Antillas
en Washington, y que había sido custodiada celosamente por los tuneros, con la
entrega a Ramón Labañino Salazar de la Réplica del Machete de Combate del Mayor
General Vicente García González, máxima distinción que se otorga en este
territorio oriental.
Era
fácil advertir el simbolismo y el patriotismo abrazados en la esbelta mañana
dominical en la Plaza Martiana para retoman la custodia de la Enseña que fue
arriada el 3 de enero de 1961 en Estados Unidos cuando este rompió las
relaciones con la Isla, y que fuera guardada por un antiguo trabajador de dicha
misión diplomática, quien posteriormente la entregó al Museo Provincial de Las
Tunas, de donde pasó al cuidado del colectivo de la Plaza de la Revolución
Mayor General Vicente García González. Y de allí se llevó para Norteamérica.
Como
todo buen cubano, Ramón se dirigió a la concentración con breves y hermosas
palabras, cargadas de emoción y
patriotismos, Expresó el agradecimiento por el gesto de los tuneros y
reiteró que sus otros cuatro compañeros de lucha y encarcelamiento injusto en
Estados Unidos (René González, Gerardo Hernández, Antonio Guerrero y Fernando González ) estarán eternamente
agradecidos por el reconocimiento otorgado, Subrayó que esto les servirá de
inspiración para seguir peleando por las causas nobles de la Revolución.
Luego
de la Sesión, al paso del pueblo por delante de la urna que contenía la
histórica Bandera, Ramón fue saludando a los pobladores. En gestos de nobleza
se fundió al pueblo en abrazos, besos, apretones de manos y fotos de recuerdos
solicitadas espontáneamente por personas que lo aclamaba constantemente.
Junto
a él se mezcló entre autoridades y público la consagrada esposa y compañera de
lucha Elizabeth Palmeiro.
Su
brazo derecho no cesaba de abanicarse entre
la multitud como gesto de saludo al numeroso público congreso y deseoso de
verlo de cerca.
Luego
de la calurosa despedida continuaría el recorrido por centros de interés
económico y social de Las Tunas, donde permanecerá varios días.
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