martes, 1 de septiembre de 2015

Emociones en mi hogar


Llegó septiembre. Y con él, en Cuba se inició el curso escolar 2015-2016, una las cuestiones singulares del país, pues involucra a la mayoría de las familias y se ofrece gratuitamente, sin exclusiones.
Con la entrada del noveno mes del año, quedan atrás las innumerables opciones recreativas puestas en práctica para acompañar a la población en las vacaciones masivas de trabajadores y estudiantes.

El martes fue un amanecer de nervios exaltados tanto para familiares, educadores, estudiantes y trabajadores de múltiples sectores, pues en la Mayor de Las Antillas, la educación compete a diversos factores responsabilizados con tareas específicas.
Desde mi casa, divisé y compartí el ajetreo en el seminternado Toma de Las Tunas, uno de los mayores centros de Primaria de la provincia.
En el interior del hogar, también se vivieron momentos de emociones, en los arreglos de los uniformes del muchacho menor, Reinier, que comenzó el quinto año de Medicina.
Con su partida bien temprano hacia el aula, uniformado con bata blanca y pantalón azul, se elevó la aspiración de todos, pues se acortaba el periplo estudiantil y se acercaba el laboral.
En su profesión muchos familiares y amigos tienen esperanzas, pues servirá para forjar su personalidad a favor de la atención a las personas aquejadas y en mejorías para sí mismo.
Todos entramos con buena fe al nuevo curso escolar, en el cual aspiramos a ascender en la calidad de vida del estudiantado, como estrellas en el firmamento del desarrollo de la Revolución Cubana.
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