Cuando
actualmente se habla de una tormenta tropical, que afecta a Cuba y al Caribe, en Las Tunas recordamos que el 8 de septiembre del 2008 el huracán Ike afectó fuertemente a
la provincia, y días más tarde remató El Paloma al poblado costero de Guayabal, al sur del municipio de Amancio.
En
medio del funesto recuerdo, los tuneros siguen avanzado, pero desean cambios en la actual
situación de sequía, que pudiera paliarse con lluvia, fundamentalmente en las
provincias de peores acumulados de agua en los embalses como Las Tunas.
Generalmente
se desean aguaceros sin vientos para no sufrir consecuencias parecidas a las
dejadas por los mencionados eventos meteorológicos, que costaron cuantiosas
pérdidas entre ellas la destrucción de cientos de instituciones socioeconómicas
y más de 80 mil viviendas.
En
los severos estragos estuvieron las plantaciones de cultivos varios y caña, que
incidieron tremendamente en la alimentación de la población y en los planes de
la economía.
El inmenso
derribo de árboles disminuyó el porcentaje de áreas boscosas, lo cual influyó
en que Las Tunas se alejara más de la media nacional en dicha material.
Todo
eso obligó a emergentes planes de restauración en todos los sentidos con el
esfuerzo interno, la ayuda nacional, la contribución de varias provincias y la
colaboración internacional como la presencia de una brigada de linieros, que
repuso parte del tendido eléctrico en zonas costeras de los municipios de Jesús
Menéndez y Puerto Padre.
El
préstamo de grupos electrógenos ayudó al paulatino restablecimiento del uso
energético, después del gran apagón por la destrucción de postes,
transformadores y tendidos eléctricos,
que se fueron reponiendo por zonas de prioridades internas.
A
ocho años del enorme desastre natural, se han restablecido las instituciones
con menores condiciones y se anda por alrededor del 90 por ciento de la
rehabilitación de los hogares, pues en esto último el territorio salió de la
ubicación de deficiente en el fondo habitacional y avanzó entre regular y bien,
como promedio. Surgieron comunidades y barrios totalmente nuevos, como el
reparto José Martí, en Guayabal, conformado por biplantas con distintos
servicios en beneficio local.
Se
han rescatado las áreas de cultivos varios con mayor amplitud y distribución de
variedades como resultado de la creación de más de 30 polos productivos, el
incremento de la entrega de tierra en usufructo y intenso esfuerzo en lña organización
y exigencia del sistema de la agricultura, timoneado por la delegación
provincial del ramo y la ANAP.
La
reforestación ha aumentado y ya se sobrepasa el 18 por ciento la superficie
boscosa de la zona, aunque todavía anda por debajo de la media nacional.
Las
reposiciones eléctricas y telefónicas han ampliado en instituciones, barrios y
viviendas. Entre ella, la explosión tremenda del uso de internet en varios
niveles de la sociedad, con la extensión novedosa de los celulares móviles y
las zonas con Wifi.
Aunque
ningún sector se escapó del terrible embate atmosférico, enumeré aspectos
claves, en lo que se ha trabajado intensamente con las correspondientes
aplicaciones de las Nuevas Tecnologías.
Sin
derrota ni pesimismo los tuneros enfrentaron los estragos y se afincaron para
avanzar en todos los órdenes del desarrollo integral y el mejoramiento de las
condiciones de vida, por eso siguen atentos a las informaciones del Instituto
de Meteorología con el deseo de que les pronostique lluvias para mejorar en
sentido general, especialmente en los embalses, pero sin ráfagas de viento.
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