Hasta
de los rincones más insospechados de varias provincias proceden estos
vendedores, que juntos a los tuneros del giro promueven los más diversos
productos o actividades recreativas, que complacen a mayores, jóvenes y niños,
todo eso bajo previa contratación en oficinas de la localidad..
Inundan
las áreas los expendedores de alimentos, en los cuales destacan comidas
criollas, bocaditos de cerdo asado, pizzas, helado, rayado, rositas de maíz,
hojaldas, frituras de maíz, churros, bombones, caramelos y otros productos.
Las
exóticas manzanas y uvas llaman poderosamente la atención de los fiestadores,
tanto por la rareza como por los altos precios. No obstante, muchos niños y
otros segmentos poblacionales se dejan seducir por los encantos de las
mencionadas frutas.
Entre
las promociones de artículos están variedades de pantalones, zapatos, chancletas,
camisas, blusas, chores, sombreros, gorras, gafas, pitos, globos, alcamonías
para dibujos en la piel y otros atuendos
apropiados para carnavalear.
Uno
de los mayores atractivos para niños y familiares de los pequeños son los improvisados parques infantiles con múltiples
cachivaches para la distracción sana, paralelamente con juegos y áreas para
andar en vehículos, motos, bicicletas y carretoncitos tirados por chivos.
Los
agentes procedentes de otros municipios tuneros y provincias vecinas tienen en los porteadores privados como
auxilio para el traslado de mercancías hacia los diversos espacios de la
ciudad, fundamentalmente el Tanque de Buena Vista, la Avenida Primero de Mayo,
el 12 Plantas, el Estadio Chiquito, tramos de las avenidas 2 de Diciembre y 30
de Noviembre, la Ceiba y el Mercado Típico del reparto Casa de Piedra.
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