El
Carnaval en Cuba, que agrupa a múltiples intereses de instituciones,
cooperativas y personas, mezcla matices culturales, folklóricos, tradicionales,
costumbristas, comerciales y enorme alegría popular, todo insertado en la
memoria y el quehacer de los pueblos.
Cada
lugar lo ubica entre sus distingos, que van de generaciones en generaciones,
con comparaciones y calificativos de mejores o peores, según concepciones individuales
que pueden o no trascender al ámbito grupal o nacional.
El
Carnaval de Santiago de Cuba y las parrandas de Remedios y Bejucal se ubican
entre los festejos populares más sonados a nivel nacional, aunque generalmente
los moradores de cada territorio acuñan a los suyos con apelativos, a veces con
excesivos rangos.
No
faltan los atrevidos que califican al santiaguero, por la contagiosa gozadera,
como el cubano con similitudes a Río de Janeiro, que internacionalmente tiene
un sello relevante.
LasTunas no escapa a la diversidad de criterios, que para unos está entre los
mejores y para otros se sitúa en la lista de peores del país. Según la óptica y
el interés del comparador será la colocación del convite. Por estos días el
asunto va subiendo de tomo, a la par de la cercanía a la fecha fijada para este
año, entre el 20 y el 25 próximos.
Cada
cual a su manera, posibilidades o intereses se prepara para el jolgorio, que ya
los organizadores y la población van promoviendo el interés de que prime la
tranquilidad y el entendimiento ante cada caso de probable encontronazo.
En
se ese sentido las autoridades políticas, gubernamentales e institucionales,
organizaciones de masas conjugan acciones para incentivar la diversión sana, en
la cual no se admiten el uso de armas blancas y objetos punzantes a fin de
evitar sucesos violentos que pueden desencadenar en personas en el hospital, en
el cementerio o la prisión Y al propio tiempo se evitarán probables lesiones
graves para la vida algunas personas y el entorpecimiento del disfrute
carnavalesco.
Fluye la advertencia a gastronómicos y el resto del
personal encargado de cobrar y devolver, que lo hagan correctamente para que nadie
se sienta engañado, fundamentalmente los que anden en estado de embriaguez.
Sobre
la mesa está la solicitud a la población para que obvie las discusiones en
medio de las concentraciones en áreas bailables, quioscos, centros nocturnos,
carpas, desfiles y otros espacios.
Quienes
acompañen a familiares y amigos pasados de tragos deben contribuir a que no se
generen fajaseras derivadas de malcriadeces o piropos inapropiados.
El
conjunto de precauciones, que todos debemos acoger, incluye la evitación de hechos
de venganza, guapería barata y otras manifestaciones de indisciplinas sociales
que limiten la alegría colectiva e individual.
El
favorable estado del orden público contempla el combate contra los choferes que
ingieren bebidas alcohólicas con la justificación de andar alegres.
Después
de un año de enormes esfuerzos en todos los sentidos, el pueblo merece el pleno
disfrute del Carnaval, que se ha preparado con tremenda coordinación y
planificación con la intervención de instituciones, cooperativas y
cuentapropistas, en medio de las limitaciones económicas del país.
Nadie
tiene el derecho de acudir a fórmulas que limiten o traben las alegrías del pueblo
al compás del rumbón mayor de los tuneros. Todos debemos contribuir en las
acciones contra las indisciplinas para que salga mejor el Carnaval.
No hay comentarios:
Publicar un comentario