lunes, 12 de septiembre de 2016

En busca de tranquilidad en el Carnaval

El Carnaval en Cuba, que agrupa a múltiples intereses de instituciones, cooperativas y personas, mezcla matices culturales, folklóricos, tradicionales, costumbristas, comerciales y enorme alegría popular, todo insertado en la memoria y el quehacer de los pueblos.
Cada lugar lo ubica entre sus distingos, que van de generaciones en generaciones, con comparaciones y calificativos de mejores o peores, según concepciones individuales que pueden o no trascender al ámbito grupal o nacional.

El Carnaval de Santiago de Cuba y las parrandas de Remedios y Bejucal se ubican entre los festejos populares más sonados a nivel nacional, aunque generalmente los moradores de cada territorio acuñan a los suyos con apelativos, a veces con excesivos rangos.
No faltan los atrevidos que califican al santiaguero, por la contagiosa gozadera, como el cubano con similitudes a Río de Janeiro, que internacionalmente tiene un sello relevante.
LasTunas no escapa a la diversidad de criterios, que para unos está entre los mejores y para otros se sitúa en la lista de peores del país. Según la óptica y el interés del comparador será la colocación del convite. Por estos días el asunto va subiendo de tomo, a la par de la cercanía a la fecha fijada para este año, entre el 20 y el 25 próximos.
Cada cual a su manera, posibilidades o intereses se prepara para el jolgorio, que ya los organizadores y la población van promoviendo el interés de que prime la tranquilidad y el entendimiento ante cada caso de probable encontronazo.
En se ese sentido las autoridades políticas, gubernamentales e institucionales, organizaciones de masas conjugan acciones para incentivar la diversión sana, en la cual no se admiten el uso de armas blancas y objetos punzantes a fin de evitar sucesos violentos que pueden desencadenar en personas en el hospital, en el cementerio o la prisión Y al propio tiempo se evitarán probables lesiones graves para la vida algunas personas y el entorpecimiento del disfrute carnavalesco.
Fluye  la advertencia a gastronómicos y el resto del personal encargado de cobrar y devolver, que lo hagan correctamente para que nadie se sienta engañado, fundamentalmente los que anden en estado de embriaguez.
Sobre la mesa está la solicitud a la población para que obvie las discusiones en medio de las concentraciones en áreas bailables, quioscos, centros nocturnos, carpas, desfiles y otros espacios.
Quienes acompañen a familiares y amigos pasados de tragos deben contribuir a que no se generen fajaseras derivadas de malcriadeces o piropos inapropiados.
El conjunto de precauciones, que todos debemos acoger, incluye la evitación de hechos de venganza, guapería barata y otras manifestaciones de indisciplinas sociales que limiten la alegría colectiva e individual.
El favorable estado del orden público contempla el combate contra los choferes que ingieren bebidas alcohólicas con la justificación de andar alegres.
Después de un año de enormes esfuerzos en todos los sentidos, el pueblo merece el pleno disfrute del Carnaval, que se ha preparado con tremenda coordinación y planificación con la intervención de instituciones, cooperativas y cuentapropistas, en medio de las limitaciones económicas del país.
Nadie tiene el derecho de acudir a fórmulas que limiten o traben las alegrías del pueblo al compás del rumbón mayor de los tuneros. Todos debemos contribuir en las acciones contra las indisciplinas para que salga mejor el Carnaval.



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