Cada
territorio tiene su identidad en un conjunto de valores que los convierten en
patrimonios, con ejes centrales en cultura, tradiciones, costumbres, historia y
desarrollo. Muchos de ellos, se imbrican como religión y cultura, que
contribuyen al arraigo del folclor y de la vida de los pueblos.
La ciudad de
Guantánamo posee el suyo, que puede percibirse al andar por las calles observando
la arquitectura ecléctica, detenerse a escuchar historias y leyendas locales o
intercambiar efusivamente con la ciudadanía.
A pesar de
los conocimientos y las explicaciones en varias visitas a la capital de la más
oriental de las provincias cubanas, en
los días finales de agosto amplíe la visión durante una semana de excelentes
vacaciones en el motel Los Cedros, desde donde pude ir a varios sitios
encumbrados como parte de la programación bien concebida para un grupo de
visitantes de varias provincias. Masivamente se encomió el recorrido por el
Mausoleo del Mambisado, la Plaza 24 de Febrero y la plaza de la Revolución
Mariana Grajales, junto a las amplias explicaciones a bordo del ómnibus,
realizadas por el guía Masó, que se desempeñó eficientemente a pesar de ser
cuadro de la esfera de la Construcción del Comité Provincial del Partido.
En el
Mausoleo, la guía hizo una panorámica de la gran contribución de los
guantanameros en las guerras independentistas, encabezado por el destacado Pedro
Agustín Pérez, conocido en la Historia de Cuba como Periquito Pérez. Este un
lugar de referencia y declarado Monumento Nacional por el valor patrimonial
atesora recuerdos de las principales acciones de los mambises en la región y
donde radicó el campamento La Confianza. Allí se rememoraron numerosos pasajes
patrióticos como el apoyo a los desembarcos de Martí y Gómez por Playitas de
Cajobabo y de Maceo por Duabas, juntos a otras descollantes figuras para
participar en la Guerra del 95. Así como la contribución y salvaguarda de las máximas figuras de la
contienda mientras cruzaron por la región.
Los esbozos
realizados en la Plaza de la Revolución ayudaron a refrescar que las montañas
que se divisan a lo lejos sirvieron de escenario de lucha de Mariana, la
participación popular en la construcción de la obra, las dos veces que allí
habló Fidel, la función social de la misma y el paso peatonal que la traviesa
de norte a sur. La concepción patriótica del imponente conjunto escultórico con la imagen de Mariana
y las letras iníciales del nombre y los apellidos, acompañado de otros símbolos
del territorio. En sus cómodos y simbólicos salones supimos de sus funciones socio-culturales
y de las significativas decoraciones con elementos autóctonos de la localidad
como plantas, tablas de maderas preciosas y piedras.
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