Con las
cercanías del Carnaval de Las Tunas, las
instituciones precisan acciones conjuntas
para ayudar a la tranquilidad ciudadana durante los tradicionales festejos,
previstos del 20 al 23.
Las
esperadas y merecidas fiestas populares requieren que se ande con cordura para
contribuir a que la población disfrute a plenitud, sin la ocurrencia de hechos
de connotación.
Agentes del
Orden Público y organizaciones encabezan
la concreción de medidas para contribuir a que la población ande a sus
anchas con garantía para pasarla bien,
aunque haya que aplacar cualquier manifestación de elementos indisciplinados. o
provocadores de alteraciones públicas.
Se recomienda
que las personas vayan a las fiestas sin portar armas blancas ni objetos
punzantes para disminuir las complicaciones en las posibles discusiones o
reyertas.
Es
recomendable que ante las enormes aglomeraciones de público en las distintas
áreas se eviten groserías y chistes que ocasionen malestares a los que se
divierten a distintas maneras. .
Quienes
anden con personas pasadas de tragos pueden ayudar a que no traspasen los
límites de lógicos elogios a parejas de bailadores, personas llamativas y otras
cuestiones vinculadas con gracias personales a fin de que no desencadenen en
molestias individuales o grupales.
No debe esperarse
por la presencia de autoridades del Orden Público e inspectores para promediar ante
cualquier expresión de anormalidad, que conspire contra el sano ambiente de
alegre esparcimiento.
La
diversidad de ciudadanos vinculados con las múltiples prestaciones de servicios
tiene una labor importante en el desempeño de adecuadas funciones para minimizar los casos de expendios con dudosos gramajes,
demoras, vueltos incompletos, preferencias con clientes y otros elementos
que provoquen disgustos o discusiones.
Quienes se
consideren perjudicados ante cualquier maniobra turbia de vendedores pueden
reclamar sus derechos hasta la saciedad, pero se requiere que lo hagan con
adecuados modales para que todo transcurra de manera razonable, sin llegar a
faltas de respeto.
Cada persona
y familia debe entender que antes de salir de casa a carnavalear tiene que
asegurar puertas, ventanas, patios y demás cuestiones claves para garantizar la
protección de los bienes, y no dar cabida a individuos inescrupulosos que busquen
la sustracción de materiales ajenos. Parecido sentimiento de pertenencia se
requiere en colectivos laborales y cooperativos para evitar robos con
perjuicios para muchos.
Aquellos que
dependan de movimientos de vehículos tienen la responsabilidad de no permitir
que los choferes conduzcan bajo los efectos de bebidas alcohólicas con la finalidad de prevenir accidentes del
tránsito.
El enorme
esfuerzo institucional para garantizar cuantiosos recursos materiales, fortalecer
las tradiciones culturales y favorecer la distracción de las masas, merece un
acompañamiento ciudadano de respeto y confraternidad con familias, vecinos y
visitantes para que las fiestas transcurran con la mayor tranquilidad y lucidez
posibles.
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