jueves, 6 de septiembre de 2018

Al fin, Baracoa


Hacía tiempo que Baracoa era un sueño para mí, por no tener vivencias sobre ella, a pesar de su renombre nacional e internacional, con basamentos en las bellezas naturales, la fama de tener muchos ríos con el Toa como el más caudaloso de Cuba, el reinado entre las regiones cubanas cultivadores de cacao y el impresionante viaducto La Farola.

Últimamente  se distingue por la agilidad con la que sus hijos en la recuperación de los enormes daños ocasionados por el huracán Mattews.
Al fin puede conocerla en compañía de mi esposa y el hijo menor. Los tres quedamos gratamente impresionados al recorrer sus calles y escuchar interesantes datos sobre historia, cultura, tradiciones, idiosincrasia y otros distingos.
Supimos particularidades sobre el municipio más montañoso del país con 82 mil 700 habitantes y los esfuerzos desplegados en saludo al 15 de agosto, cumpleaños 507 de la capital, pues fue  la primera villa de la nación, fundada por el español Diego Velázquez, y de ahí el ganado renombre de Ciudad Primada de Cuba.
Al andar conocimos que las peculiaridades acuñan la existencia de 29 ríos, varias playas y un  potencial en coco, cacao, café y forestal. Desde la década del 90 el turismo integra las principales fuentes económicas.
Nos informaron que el hospedaje tiene como símbolos a los hoteles La Rusa y El Castillo y que la capital, asentada tan próxima al litoral marino , frecuentemente recibe el baño  de las olas, con preponderancia en tiempos de agresivos fenómenos atmosféricos como ocurrió cuando los huracanes Mattews e Irmas.
En medio del interesante recorrido, motivado por las curiosas miradas sobre el entorno y las emotivas explicaciones, indagué por colegas, y casualmente estaba cerca del telecentro Primadavisión, frente al cual me detuve momentáneamente para dejar un silencioso saludo al colectivo, que solo conozco por reportes en la televisión nacional. En el caso de la emisora, me señalaron la dirección de su ubicación, pero no pude llegar, a pesar que conocí a cuatro periodistas en Santiago de Cuba y La Habana, que no sé si permanecen activos.
En las múltiples atracciones estuvieron las narraciones sobre el Pelú de Baracoa, una leyenda pueblerina sobre un español radicado allí y acogido como un personaje pintoresco, que mereció una escultura en plena calle y que la población menciona cada vez que tiene algún fracaso, pues lo achaca a su maldición, impregnada entre las leyendas locales.
También captaron la atención los esbozos sobre la importante visita de Raúl cuando los destrozos del Mattwes y la decisiva contribución de Venezuela para construir el puente sobre el río Toa y así restablecer las comunicaciones con Moa, en la provincia de Holguín.
Los llamativos comenzaron antes de arribar a la urbe, pues a visitantes nacionales y extranjeros les motiva la pintoresca y zigzagueante  travesía de sur a norte por áreas del grupo montañoso Sagua-Baracoa, desde Imías, compleja vía terminada en 1965 y declarada en 1997 como la séptima maravilla de la Ingeniería Civil Cubana.
El singular viaducto La Farola cuenta con 30 kilómetros, 365 curvas, 11 puentes volantes, numerosos farallones y con el punto más elevado en el Alto de Cotilla a seis mil  metros sobre el nivel del mar y desde su curioso mirador puede divisarse el sur y el norte de la zona. Allí hicimos un alto para desayunar y mi hijo Reynier tuvo que apelar a su condición de médico para asistir a una colega camagüeyana, desmayada ante las impresionantes vistas sobre el entorno desde la cima del puesto de mira. También adquirimos tabletas de cacao, cucuruchos de coco, la dulcísima y alargada piña cubana, mango, café en sobres criollos y otras ofertas de vendedores ambulantes.
Las atracciones del viaje incluyeron los interesantes paisajes a través de los 162 kilómetros que separan a la Primada de Cuba de la ciudad de Guantánamo, con énfasis en las variaciones  de la vegetación, desde semidesértica en territorio de Imías hasta copiosa, en las proximidades de Baracoa, favorecida por las frecuentes lluvias..


No hay comentarios:

Publicar un comentario