Acostumbrado
a la escasa presencia de ríos en la provincia de Las Tunas, quedé gratamente
sorprendido al andar por varios de Guantánamo que conforman un distingo. Igualmente les ocurrió a mis familiares acompañantes.
Ante mis
asombros, me explicaron que el hermano territorio posee la tercera cuenca
hidrográfica de la nación, favorecida por su composición geográfica, a pesar de
poseer en la costa sur la llamada zona semidesértica de Cuba.
Aunque no
disfrutamos de las delicias del Toa, el más caudaloso de la nación, estuvimos
en tres que poseen tramos que funcionan como balnearios para cientos de personas que
acuden a refrescarse, fundamentalmente en los calurosos meses de julio y agosto
En las
frescas y cristalinas aguas del río Yatera, a su paso por la comunidad de
Yaterita, pudimos disfrutar buen rato de un “encendido” día de finales de
agosto. La ausencia de fango y la abundancia de piedras lisas de distintos
tamaños en el cauce promovieron
favorables comentarios comparativos por visitantes de varias provincias,
junto al asombró porque sin importar las profundidades se podían observar los
detalles del fondo.
A nuestro
alrededor se ubicaron tribulaciones de varias guaguas con bañistas
guantanameros, que como nosotros buscaban asueto en un lugar tranquilo y poco
castigado por los intensos rayos del Sol.
Desde
las márgenes de pasos apropiados para bañistas en el Duaba, Baracoa, y del Guaso, antes de llegar a la
ciudad de Guantánamo, pude apreciar la preferencia popular por las corrientes
naturales de agua dulce. En ambos casos el apoyo con venta de productos comestibles ayudaban
en la afluencia de público.
Cuando dije
adiós a Guantánamo, me llevé en la mente que la distracción popular en los ríos constituye un Alto Oriente de Cuba.
elemento
esencial para la diversión de pobladores y visitantes a la tierra del
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