Al compás de Cuba

Comparto contigo el andar por mi confortable reparto Aurora, al este de la ciudad de capital de la oriental provincia de Las Tunas, donde ahora, como en toda Cuba, es un hervidero de opiniones sobre el contenido del Proyecto de Lineamientos  de la Política Económica y Social del país, que se discutirá en el VI Congreso del Partido Comunista de la Isla.

Te agrego que en cualquier intercambio en la comunidad,  se habla con apasionamiento sobre lo beneficioso que será la discusión popular del documento, del primero de diciembre al 28 de febrero del 201, para que el pueblo pueda dar sus criterios sobre lo que más le conviene a la nación para fortalecer la economía y seguir adelante en la consolidación de la nación en su conjunto.

Comprenderás que como es de conversador el cubano, las actuales circunstancias propician  diálogos sobre las más diversas opiniones, por lo general  encaminadas a desear, que el VI Congreso a celebrarse en la segunda quincena de abril del 2011, trace políticas que agilicen los procesos económicos de la República de Cuba para acelerar las continuas mejorías en las condiciones de vida de la población.

Como imaginarás con que fuerza se dice que  los cubanos tenemos que realizar las transformaciones con nuestras propias decisiones y acciones, sin tener que esperar por designios foráneos ni proposiciones  de personas con pensamientos contrarios a los de la mayoría del pueblo, que quiere la consolidación del socialismo escogido libremente.

Créeme, no niego que aparezcan opiniones aisladas de personas extremistas o escépticas con el proceso, y ataquen a determinados estancamientos en la obra común debido exclusivamente a problemas internos, sin detenerse a evaluar en carne propia las nefastas consecuencias del férreo bloqueo de los Estados Unidos contra Cuba y la negativa influencia de la crisis mundial, que repercuten directamente en todas las esferas de la sociedad.

El documento que se discutirá el pueblo reconoce la incidencia negativa de factores externos e internos como la improductividad y la baja eficiencia del trabajo en el país, puestos en la primera de línea de acción para transformar lo nuestro en la nueva etapa, se subraya que en la actualización del modelo económico de la nación primará la planificación y no el mercado.