Sin cambio en la propiedad

Ahora quiero decirte que sentí halagos mientras recorría la finca de Julio Calzadilla, a unos tres kilómetros al sur de la ciudad de Las Tunas.

Me parece prudente comentarte que este hombre de piel blanca, conversador y promotor de sus habilidades para sacarles altos rendimientos a la caballería dedicada a cultivos varios y a los menesteres de la crianza de cerdos, es uno de los miembros más destacados de la Cooperativa de Créditos y Servicios Omar Pérez Pérez, localizada en las vertientes oeste, sur y este de la capital provincial.

Te agrego que Julio forma parte de los cientos de hombres y mujeres de esta oriental región, que han recibido tierra en usufructo, modalidad aplicada por el Estado de Cuba para elevar la producción de alimentos y reducir las importaciones a fin de disminuir la influencia de la crisis mundial y el recrudecimiento del bloqueo de los Estados Unidos contra la Mayor de Las Antillas.

Tengo que contarte que tal variante constituye unas de las vías escogidas para actualizar el modelo económico de la nación, como cuestión ineludible para fortalecer el socialismo y mantener las conquistas de la Revolución en beneficio de todo el pueblo, sin tener en cuenta raza, sexo, posición social ni credo.

Agrego que por tal fórmula, se han entregado más de 90 mil hectáreas de tierra ociosa, que a golpe de tesón se ponen en producción.

Creo que necesitará ampliación informativa y por eso puntualizo que de la cifra de terreno, las mayores áreas están dedicadas a la crianza de ganado mayor y menor, cultivos varios, frutales y tabaco. El mejor trabajo se localiza en los municipios de Jesús Menéndez y Colombia.

Comparto contigo que parte de la producción se entrega al Estado mediante convenio para la planificada distribución mensual para la red de mercados o la asistencia social en centros de salud y educación. El otro remanente queda en manos del usufructuario para destino familiar.

 Me parece que no es ocioso decirte que lo que ocurre no es privatización de la tierra como dicen algunos distorsionadores de la realidad cubana, pues el Estado permanece como propietario.