Conmigo a creerme que quizás a partir del año que viene, el 3 de diciembre sea una fecha más cercana a la familia con la entrada de mi hijo menor Reinier a las puertas de la Universidad de Ciencias Médicas.
Te lo digo así, porque de tal manera se involucrará con la celebración de la fecha que se ha declarado Día de la Medicina Latinoamericana, en recordación al nacimiento del eminente científico cubano Carlos J. Finlay, descubridor de la Fiebre Amarilla.
Aunque no lo compartas del todo, adelanto mi orgullo por tal circunstancia que pone al pequeño retoño en una carrera tan bonita y de la cual estoy muy agradecido por la enorme asistencia recibida durante más 50 años de atención gratuita como para todos los cubanos sin distingo de raza, posición social, sexo, ni credo.
Te ayudo al razonamiento con la exposición sobre el salto dado por la zona de Las Tunas hace 52 años, pues antes del triunfo de la Revolución el primero de enero de 1959 la insalubridad y la desatención se daban la mano tanto por las escasas instituciones y el reducido personal médico como por la abismal despreocupación de los gobiernos de turno, en contraposición con hoy cuando el servicio es gratuito y se cuentan con diversas especialidades, equipamientos modernos y tratamientos comparados con el primer mundo.
Creo no robarte tiempo cuando te informo que las ciudades de Las Tunas, capital de la provincia, y Puerto Padre, que tienen el mayor peso asistencial, cuentan con dos hospitales clínicos quirúrgicos per cápita para mayores e infantes, con amplias redes de servicios tanto en las referidas unidades como fuera de ellas, que en conjunto sirven de soporte o extensión.
Te digo más, las cabeceras de los municipios de Jobabo y Amancio poseen hospitales generales clínicos quirúrgicos; mientras Majibacoa, Colombia, Manatí y Jesús Menéndez tienen policlínicos integrales, que remiten para los hospitales más cercanos.
Amplío cuando expreso que en conjunto, miles de trabajadores de la salud atienen este imprescindible servicio en cientos de unidades con diferentes funciones asistenciales, desde las más simples hasta las más complejas.
Mi orgullo resalta cuando te manifiesto, que de las filas de este distinguido personal han salido cientos de hombres y mujeres en los contingentes de cubanosen el cumplimiento de misiones en países de todos los continentes, especialmente en momentos de ayuda desinteresadas por catástrofe naturales como el terremoto y el cólera en Haití.
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