Con profundo
dolor el pueblo de Las Tunas recibió la noticia sobre la muerte del líder de la
Revolución cubana, Fidel Castro Ruz, quien falleció el mismo día, en que hacía
60 años, que había salido de México al frente de los expedicionarios del yate
Granma, que desembarcó el 2 de diciembre por las cercanías de la playa Las
Coloradas, al sur de Oriente.
Tan dolorosa
información corrió como pólvora entre los tuneros, quienes desde noche centran
sus comentarios sobre la enorme pérdida para los cubanos y la trascendencia
histórica de su personalidad.
En medio del
pesar, los tuneros siguen cumpliendo sus respectivas obligaciones en los distintos
sectores de la sociedad.
Sin
detenerse, ratifican la fidelidad al ideario del Comandante en Jefe y la
decisión de rendirle tributo a través de medidas implementadas en todo el país,
especialmente durante el paso por aquí de la caravana de homenaje que llevará
las cenizas para sepultarlas en el cementerio Santa Ifigencia de Santiago de
Cuba, en el mismo lugar donde reposan
los restos de Carlos Manuel de Céspedes, el Padre de la Patria, y José Martí,
Héroe Nacional de Cuba.
Se adoptan
diferentes medidas para cumplir cabalmente las orientaciones emitidas por el
Consejo de Estado en los nueve días de duelo nacional.
En el sentir
popular brota la frase de José Martí:”La muerte no es verdad cuando se ha
cumplido bien la obra de la vida”.
De diversas
maneras se ratifica que el pensamiento y la gigantesca obra de Fidel en
beneficio de todos perdurarán por siempre, y en cada momento se honrará con el
cumplimiento diario del deber.
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