martes, 27 de noviembre de 2018

Tributo en el altar de la Patria


Sin importar la distancia ni los medios de transporte, miles  de tuneros agradecidos por la gigantesca obra de Fidel figuran entre las multitudes de ciudadanos nacionales extranjeros, que diariamente acuden a rendirle merecido homenaje ante la piedra monolito que atesora sus cenizas en  el cementerio matrimonial Santa Ifigenia de Santiago de Cuba, depositadas el 4 de diciembre del 2016 cuando concluyó el trayecto memorable de la caravana transportadora desde La Habana.

En colectivo, familia, pareja o individual constituyen fórmulas factibles para concurrir al glorioso sitio a depositar flores y ofrecer distintas  reverencias al líder histórico, que no desmayó en la lucha por el bienestar del pueblo cubano y el aporte a la solidaridad internacional con ayudas desinteresadas a los países más necesitados en todos los continentes. No pocos han asistido en más de una ocasión, utilizando las reiteradas visitas que programan los múltiples sectores de la sociedad o planificaciones personales.
Generalmente, después de las honras al eterno Comandante en Jefe, las extienden a los otros tres puntos emblemáticos de la entrada al camposanto: Mausoleo a José Martí y la reubicación de los sitiales para Carlos Manuel de Céspedes, Padre de la Patria, y Mariana Grajales, proclamada Madre de la Patria.
Con frecuencia los representantes del Balcón de Oriente se incluyen en el numeroso público, que detienen la marcha para contemplar silenciosamente el metódico cambio de guardia en los cuatro puntos mencionados.

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