En la mañana
de este sábado 28 de enero, las generaciones más jóvenes de los ocho municipios
de la oriental provincia de Las Tunas se fueron a las plazas, calles y avenidas
cagadas de entusiasmo y sueños para encontrarse con el legado histórico de
Martí y Fidel,
En el
aniversario 164 del natalicio de Martí, el relevo seguro de la Patria
protagonizó los desfiles martianos, una de las tradiciones más bonitas de Cuba,
que se apodera de disimiles iniciativas para espantar a la monotonía y confirmar
la esencia del simbólico gesto.
Las
consignas a viva voz, las pancartas con efigies de Martí y Fidel, los carteles
y telas con letreros revolucionarios y el contagioso ritmo de las bandas
infantiles sobresalían al paso de cada bloque de niños y jovencitos.
La abnegación
de estudiantes, maestros e instructores de arte en la preparación de los
contagiosos segmentos de los desfiles ponía a prueba la creatividad en la
organización y el colorido.
Impactaban
las graciosas evoluciones y las vestimentas de los más pequeños, asociadas a
naturales gestos graciosos y al adiestramiento de los mayores, entre los que
figuraban los respectivos familiares.
El entorno
se hacía cómplice del entusiasmo infantil y juvenil, que se inyectaba como
energía para las multitud concentrada en los laterales de las sendas.
En el caso
de la ciudad de Las Tunas, responsabilizada con la actividad central del territorio, la
céntrica calle Vicente García González, desde la Plaza Martiana hasta el Parque
26 de Julio, acaparó singulares momentos para seguir en combate hacia nuevas
conquistas del terruño y la nación.
Las gustadas
meriendas al final de cada desfile eran el colofón de la interesante mañana,
cargada de fe en el futuro de la Patria.
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