Este 14 de
marzo ha sido altamente significativo para mí, por ser el cumpleaños y el Día de la Prensa Cubana. Las emociones contienen la importancia de felicitaciones
personales, telefónicas y en FB.
El
onomástico me parece más interesante a la edad de 68 años y 41 de labor
profesional, lo cual me hace una persona más reflexiva ante cada acto de la
vida y me compromete más a terminar mi
ejercicio laboral con consagración y apego
a los principios revolucionarios.
Una
actividad clave fue el Acto Provincial de Las Tunas por el Día de la Prensa Cubana, en el cual estuve entre los
profesionales agasajados por participar activamente en los reportes de homenaje
por la muerte de Fidel, y especialmente cuando el traslado de sus cenizas en un
armón militar, desde La Habana hasta Santiago de Cuba, donde reposan en un
monolito de piedra en el cementerio Santa Ifigenia. También recibí un
reconocimiento por ser miembro del jurado, que decidió los premios anuales de
periodismo del 2016 Ricardo Varela, en los diferentes medios, y el
correspondiente a la obra de la vida Rossano Zamora Paadín, que en esta ocasión
merecieron los colegas Juan Soto Cutiño y Oscar Herrera García.
Luego
vendrían los intercambios en el contexto del efusivo ambiente general entre
comida, bebida, compra y el resto del esparcimiento, que en conjunto funcionó
como un espacio especial para estrechar el hermanamiento entre colegas.
En un
encuentro familiar terminó mi bonita y significativa jornada, entre comida, música,
cervezas, sonrisas y anécdotas sobre distintos pasajes de la vida.
El día anterior,
estuve en el reconocimiento hecho por el Secretariado Provincial de la Central
de Trabajadores de Cuba.
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