Pareciera
como si este 19 de marzo transportará a los tuneros a viejos tiempos cuando
esta fecha marcaba el inicio de la esperada temporada de primavera en Cuba.
Pese a los
anuncios meteorológicos nacionales sobre los posibles aguaceros en la región
oriental por la situación atmosférica que afecta al país por estos días, poco
imaginaron que tuvieran la mañana dominical pasada por agua en la ciudad de Las
Tunas.
Aunque la
población sabe que no ha llegado la ansiada primavera, los que peinan cana comentan
con añoranza la coincidencia de la fecha con los viejos tiempos, cuando era
seguro el inicio de los aguaceros y sus positivas influencias en disímiles
tareas vitales para la vida, esencialmente en el campo.
Más que regodearse
en recuerdos y comparaciones, los tuneros han acogido con agrado la lluvia,
pues aunque no significa mejoría para el dañado manto freático y el deprimido almacenamiento
en los embalses, sí tiene influencia en el medio ambiente en general, tan
cargado de polvo por el impacto de la prolongada sequía, en la provincia que negativamente
ocupa el tercer lugar del país, después de Santiago de Cuba y Ciego de Ávila.
Alegra a los
trabajadores de Servicios Comunales y a la ciudadanía porque tiene elementos
positivos en las áreas verdes y los jardines en patios, avenidas, calles y
parques, que sufren por la escasez de humedad. También incide en las abundantes
floraciones de mango y otras variedades de frutas.
Es tanta la
incidencia de la escasez de precipitaciones, que ni pensar en siembras como era
costumbre, imprescindibles cambios en los agotados pastizales de los potreros
ni en las deseadas transformaciones en las desesperadas plantaciones de
diversos cultivos y cañas de azúcar.
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