Tanto yo como mis cuatro hermanos hemos coincidido en mantenernos laborando en centros estatales como lo hemos hecho siempre con gusto, bajo un conjunto de requerimientos viables.
De tal manera, sentamos una posición ante el actual proceso de disponibilidad laboral o reajuste de plantillas, que se lleva a cabo en los centros estatales.
Mi honrada misión como periodista, forjada en la vida estudiantil de la Universidad de Oriente, en Santiago de Cuba, más de tres décadas de experiencia profesional, 22 años de director del periódico 26 de Las Tunas y la categoría de máster en Comunicación Social de la Universidad de La Habana, me permiten mantenerme activo en tan noble y humanista labor.
Los otros cuatro hermanos, vinculados a programas de la producción de alimentos, han entendido el enorme papel que les corresponde en una trinchera clave de la nación para continuar mejorando las condiciones de vida de los tuneros.
Tres laboran en estructuras agrícolas de la empresa de cultivos varios, radicada a unos tres kilómetros al sur de la ciudad de Las Tunas, y el otro en una panadería.
Los cinco hemos comprendido la justeza del reordenamiento laboral a fin de elevar la productividad y el amor por el trabajo.
Hemos coincidido en que si alguno de nosotros debiera ser reubicado, en este proceso que se extenderá hasta el primer trimestre del próximo año, acudiríamos a otras plazas que oferten las respectivas administraciones dentro de las unidades estatales.
Entendemos que muchos trabajadores tendremos que acogernos a otras fórmulas laborales que posibilitará el Gobierno: arrendamiento, trabajo por cuenta propia, usufructo y cooperativo.
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