Hablemos de solidaridad. Supongo que muchos conocen en el mundo que en Cuba, la solidaridad brota por los poros de hombres y mujeres, sin importar edad ni credo.
Les cuento que conozco a familias, en las cuales se cuentan por decenas los miembros que han asistido a colaboraciones de diversas categorías en países de todos los continentes, aunque se encuentran entre las sobresalientes las relacionadas con asistencias médica y educativa.
En el caso de la mía no ha quedado atrás, porque tres de los más allegados han andado o están en dicho camino.
Por ejemplo, mi esposa, Sonia Peña Valdés, prepara la tercera misión a Venezuela y primeramente en 1981 había cumplido en Nicaragua. Siempre en tareas educativas, pues es máster en Educación y profesora de la universidad de ciencias pedagógicas Pepito Tey de Las Tunas, a pesar de ser de la raza negra y de procedencia campesina.
Les comunicaré que el hecho más emotivo lo proporcionó el hijo mayor Rainer Segura Peña, quien en el primer semestre del cuarto año (finales del 2009 y principios del 2010))de la Universidad de Ciencias Informáticas estuvo vinculado a un Centro de Salud en Lara. Ahí el alto y mulato muchacho acumuló reconocimientos por la valía laboral.
Ahora mi hermano menor, Reinaldo Segura Peña se prepara en un contingente de 47 ingenieros y técnicos de Las Tunas para relevar en breve a parte de los colaboradores dedicados al impulso de la agricultura del país bolivariano.
No les parece que cuando se habla del tema, en Cuba se dice con amor y orgullo, porque desde el triunfo de la Revolución, el primero de enero de 1959, tal compostura se ha tornado en un asunto de principio.
Aunque somos un país del tercer mundo, enarbolamos la bandera de nuestro máximo líder Fidel, que tiene subrayado el criterio mayoritario de los cubanos, que damos parte de lo que tenemos y no lo que nos sobra.
No ocultamos que nos faltan muchos recursos materiales, derivado del férreo bloqueo de la administración de Estados Unidos contra Cuba y de la influencia de la crisis económica mundial, pero tenemos disposición mayoritaria de compartir con los hermanos necesitados de nuestro aporte socio-económico.
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