Créame, desde que me levanté este domingo tuve que comenzar a adaptarme a las actividades del horario normal, pues a la 1:00 de la madrugada se le atrasó una hora al reloj en señal que terminaba el de verano, que venía desde abril.
Bueno, comencé por ir de día a comprar el pan, en vez de hacerlo como antes casi oscuro. Ya era bien de día, y había que hacer cola en la panadería porque faltaban minutos para las 6:00 am.
Compartiré contigo, que como a mí unos cuantos expresaban sorpresas por el cambio de horario, a pesar de que se venía anunciando desde días anteriores.
Te diré que a lo de la mañana se agregan medidas a poner en práctica para la noche, empezando por cocinar antes que anochezca para evitar el horario del pico eléctrico, a partir de las 10 pm. Ya a las 6:00 está oscuro y también necesitan medidas el encendido de las luces, la planchadera y otros menesteres hogareños.
No he sido solo el sorprendido, algunos vecinos me cuentan que también le sucedió con la cogida de la guagua.
Como siempre se cambia el horario el domingo para que la población comience a adaptarse para no sea un salto brusco la incorporación y el traslado de los trabajadores en la jornada del lunes.
Por experiencia puedo decirte que por lo regular hasta el martes o el miércoles las personas tienen que organizar la vida para ponerse al tanto de los pormenores de los días iniciales del horario normal.
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