Este 6 de
febrero festejamos el aniversario 85 del natalicio del querido Comandante
Camilo Cienfuegos Gorriarán, imbuido en que su presencia está en todo el pueblo
cubano como bien lo deseo Fidel.
Su imagen ha
trascendió en los cubanos con emotivos recuerdos por la grata carga de
sencillez y humanidad, que se forjó desde sus hazañas en las filas del Ejército
Rebelde.
El hombre
bondadoso, sonrisa amplia, sombrero alón y tupida barba, siempre mostró su
capacidad de jefe, en especial al frente de una de las dos columnas del
Ejército Rebelde hacia Las Villas y en las numerosas acciones allí como la toma
de Yaguajay, municipio actual de la provincia de Sancti Spíritus.
Su legado se
revive en la Jornada Camilo-Che, que anualmente se celebra en octubre y que
culmina el día 28 con el depósito de flores en los diversos espacios acuíferos,
en recordación a su desaparición física cuando volaba de Camagüey a La Habana,
en un día de 1959 con desfavorables condiciones atmosféricas para la aviación.
Una Flor
para Camilo, como se denomina la tradición, constituye una bonita y patriótica
costumbre de los cubanos, encabezada por adolescentes y jóvenes.
Incontables
veces demostró su fidelidad a la Patria y especialmente a Fidel, sintetizada en
la postura adoptada en la práctica deportiva en los primeros tiempos del triunfo
de la Revolución, en 1959, cuando expresó que contra Fidel ni en pelota.
Las jóvenes
generaciones no lo conocieron físicamente, pero su legado es familiar, por anécdotas,
narraciones y otras vivencias que se transmite a través de diferentes vías como
testimonios, radio, televisión, cine, prensa escrita y libros.
En Las Tunassu nombre nomina la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, talleres y CDR, entre
otros.
En todos permanece la imagen del prócer junto
a Fidel, Raúl, Ernesto Guevara y el pueblo, como fiel protagonista de la obra
común de los cubanos.
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