martes, 21 de febrero de 2017

Salvar lo nuestro

Fidel extendió con claridad la concepción de hacer cuanto sea posible para salvar la cultura del país, frente las campañas hegemonistas para tratar de desmontar nuestro sistema autóctono y soberano, escogido libremente por la mayoría de los cubanos.

Los criterios de que lo primero que hay que preservar es la cultura, no se limita al desarrollo artístico e intelectual, sino que abarca a todas las actividades de la vida que nos distinguen como nación.
En eso estriba la idea de fortalecer las acciones para profundizar sobre el conocimiento de donde venimos, donde estamos y hacia donde queremos ir, sin mediaciones de enemigos externos e internos para intentar desviarnos paulatinamente del camino escogido.
Por eso, lo esencial de la concatenación de los procesos históricos del país en todos los ámbitos, entre ellos las luchas libertarias, el desarrollo cultural, las tradiciones, las costumbres y los restantes elementos que conforman el sostén de un país libre.
Sin querer desconocer o justificar las debilidades en diferentes frentes, la lógica indica que para seguir ascendiendo tenemos que actualizar lo hecho y ratificar lo que haya salido mal en el proceso independentista y socialista casi exclusivo en el mundo. Por eso no debemos echemos manos a lo que interfiera en nuestro destino como productos seudoculturales, el consumismo y la hipercrítica a los errores.
No puede perderse de vista que la actualización del modelo económico y social de la nación cubana proclama la integración de todos los factores para construir la sociedad que aspiramos, donde cada vez más estén presentes el humanismo y la solidaridad.
Frente al constante esfuerzo para elevar la cultura general integral de la ciudadanía, está el desafío para quitarle espacio a las ideas neocoloniales y del capitalimo salvaje, que nos quieren imponer de diferentes maneras, entre ellas la avalancha de propuestas exteriores para introducir la banalidad, el consumismo, la extravagancia, el sexo, la discriminación y la enajenación, el vicio, el juego, el individualismo y otros fenómenos negativos, que el Estado ha tratado de tronchar.   
Las limitaciones económicas, el boqueo de Estados Unidos contra Cuba y la influencia de la crisis económica mundial, se conocen y por eso se trata de imponernos a tal realidad con medidas económicas, políticas y sociales acorde a lo que aspiramos la mayoría. Ahí tenemos una línea de acción vital para fortalecer la unidad y hacer prevalecer lo nuestro, construido con tanto esfuerzo.

   

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