lunes, 13 de noviembre de 2017

Nos toca

A la colega de Las Tunas Graciela Guerrero la apasionan los temas de sentido humano, tanto para resaltar valores de personas consagradas como para fustigar incongruencias sociales, que generan cuantiosas afectaciones en distintas actividades.

Por eso, le gusta concentrarse en historias de vida de ciudadanos distinguidos en sus quehaceres como médicos, maestros y otras funciones vitales para las gestiones de la población, tanto en el territorio como en misiones internacionalistas.
En el abordaje de asuntos peliagudos recibe reconocimientos de lectores e internautas, y a veces desata incomprensiones de  quienes se ven señalados o desempeños con imperfecciones o aquellos que tienen vínculos con maltratos, indisciplinas sociales, irrespetos y otras manifestaciones contrarias a los patrones de conductas inculcados por la Revolución.
Ella asume responsablemente el mandato de los Medios de Difusión Masiva, comprometidos con el reflejo de la realidad con sus virtudes y defectos, y que forma parte de la estrategia general para divulgar los mejores ejemplos a seguir y atacar las imperfecciones con la intención de eliminarlas.
En esencia, hablo de quienes desempeñan tan digna misión de divulgar el quehacer cotidiano como demostración de lo tanto que hacemos y podemos en el perfectible sendero para construir el socialismo próspero y sostenible, planteado por la mayoría de los cubanos, en medio de apremios y retos, que pretenden promocionar la obra de los vanguardias y ayudar en el combate contra las conductas torcidas o incorrectas para avanzar con mayor solidez y agilidad.
En  muestro andar profesional encontramos individuos y colectivos, que merecen constante destaque por reiterados cumplimientos, sin importarles los obstáculos que deban apartar. Sin embargo, no pocas veces tropezamos con personas con las que tenemos que debatir para esclarecerlas por ciertas incomprensiones sobre diversas cuestiones en los pasos firmes que da el país para afianzar los derroteros autóctonos y audaces para garantizar la perdurabilidad del proceso hacia la construcción del socialismo próspero y sostenible, que ha se propuesto la mayoría de los cubanos.
A veces constamos con individuos con posiciones pesimistas en el camino hacia la añorada etapa superior a que aspiramos alcanzar, pues sus puntos de vista se concentran en errores, limitaciones y defectos en procedimientos, pero lamentablemente los achacan a otros, como si estuvieran fuera de la candela brava para destruir insoportables barreras, allanar el sendero y consagrarnos cada vez más para conquistar el futuro luminoso.
Quienes se comportan así no han reflexionado profundamente sobre las advertencias de Fidel cuando ahondaba alrededor de las dificultades que encontraríamos en la construcción de la obra común, pero ante eso deberíamos enfrentarnos con la decisión de vencer.  
Como nunca hace falta la contribución de los que permanecen sentados en el banquillo de espera porque caigan del cielo las mejoras para apropiarse de ellas sin sacrificios.
Tenemos el encargo de sumar las voluntades de quienes pretenden rodearse de actitudes apáticas, hipercríticas y pesimistas, pues en el concierto constructivo no hay exclusiones, porque a todos recibimos los efectos de las limitaciones económicas de la nación, el endurecido bloqueo de Estados
Valen las críticas para influir sinceramente en la erradicación de las deficiencias, que tanto perjudican en el camino ascendente que nos hemos propuesto para vivir mejor.
Desde el VII Congreso del Partido se ha explicado exhaustivamente las bases, los principios, las estrategias y las prioridades de nuestro modelo económico y social con la finalidad de esclarecer las proyecciones implementadas para escalar al escalón superior que todos deseamos y no siempre asumimos como tarea de todos.
Comprensión y acción reclaman consolidación particular y general para agilizar el trayecto hacia el podio del pleno desarrollo y de mayor satisfacción.





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