Aunque se
sabía de antemanos, la población de Las Tunas nota la escasa presencia en el
mercado de las distintas variedades de plátano como consecuencia de los
destrozos del huracán Irma.
A pesar de
que anduvieron rápido los agricultores en la recuperación de las más de tres mil
hectáreas de cultivos varios dañadas por el agresivo fenómeno meteorológico con
nombre de mujer, con mayor impacto en las áreas bananeras, se piensa con
nostalgia los buenos niveles que se venía teniendo. Ahora se desea la potencia
de la decisión de acortar el plazo del déficit.
La rala
presencia se debe a que las zonas cultivables de los municipios de Jobabo,
Majibacoa, Las Tunas y Amancio sufrieron leves azotes, y por tanto muchas de las plantaciones con racimos se mantuvieron
en pie.
En los 30
polos vianderos de la provincia se priorizan las siembras de viandas de ciclo corto,
pero el fomento del plátano mantiene vigencia.
La
interesante política contribuye a que hayan crecido las hectáreas sembradas,
aprovechando las favorables condiciones de humedad en la tierra y agua en las
presas para incrementar los sembrados e impulsar el regadío.
No es tan
complicada la compra de boniato, yuca, malanga, maíz tierno, calabaza y pepino
en los mercados estatales y en los carretilleros ambulantes, por la buena
existencia, antes del evento atmosférico, que el 8 de septiembre azotó a la provincia. También aparecen la fruta bomba
y la naranja, así como otros renglones procedentes del agro.
Los condimentos frescos, ajíes y el resto de
las hortalizas predilectas en esta región comienzan a crecer en organopónicos,
parcelas y otras áreas, pues transcurre la etapa óptima para su cosecha.
Directivos,
especialistas, trabajadores y campesinos estiman que en los próximos meses Las
Tunas mejorará en los abastecimientos de los mercados en cantidad y variedad de
viandas, hortalizas, frutas y granos.
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