Sin deseos,
ni apuros, entramos en la etapa de la temporada ciclónica, que en Cuba está
enmarcada del primero de junio al 30 de noviembre.
Nadie
prefiere este período por las enormes posibilidades de ser visitados por
huracanes de grandes dimensiones.
Según Alexei Moreno Borges, especialista
del Centro Meteorológico en Las Tunas, para la temporada ciclónica se prevé la
formación de 10 organismos, seis de los cuales pueden llegar a ser huracanes.
Ante tal realidad, como cada año
instituciones, organizaciones y la población han realzado respectivos
entrenamientos con el fin de estar lo mejor preparado posible para enfrentar a
un evento de grandes proporciones.
Puntualmente
se han limpiado márgenes de ríos, arroyos y cañadas para que probables crecidas
no tengan impedimentas para transitar libremente hacia sus destinos.
Igualmente
se han destupido alcantarillas, tragantes y otros desagües para evitar inundaciones
en zonas céntricas.
Podas de
árboles y restablecimientos de redes eléctricas han estado entre las medidas,
que han tenido en cuenta las experiencias acumuladas de los últimos huracanes
Ike y Paloma, que nos ocasionaron enormes daños en el 2008. De allá hasta hoy,
arrastramos las secuelas de más de 80 mil viviendas dañadas, de las cuales aún
quedan más de siete mil familias sin hogares potentes, pues esperan por esa posibilidad
en facilidades temporales.
La población,
que reside en hogares con cubiertas ligeras, ha desarrollado acciones de
refuerzo o localizo materiales como arena en sacos para mantenerlos a la vista,
con el fin de utilizarlos en caso de una catástrofe atmosférica.
También se
ha puntualizado con dueños de casas resistentes en las comunidades más lejanas
con la finalidad de evacuar vecinos con hogares frágiles.
Asimismo se
han concretado lugares altos en caso que haya que trasladar ganado de las zonas
de probables inundaciones.
Las
precisiones se han extendido a los organismos que poseen antenas, casas de
cultivos, molinos de viento y otros recursos que puedan dañarse con el paso de
fuertes vientos.
En resumen,
se han puntualizado las cuestiones más generales para que nadie sea sorprendido
por abundantes lluvias y fuertes rachas de viento.
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